En mi casa, el día de Año Nuevo siempre comemos un pescado al horno. Después del atracón de la noche anterior no viene mal algo más ligero y fácil de digerir. Además, está muy bueno es fácil de preparar.
- 1 lubina de 1.800 gr aprox.
- 5 patatas medianas
- 1 cebolla blanca y otra morada
- 1 limón
- 1 vaso de vino blanco para cocinar
- Sal
- Aceite de oliva virgen extra
Pelamos las patatas y las cebollas. Cortamos las cebollas en juliana y las patatas en rodajas finas de aproximadamente 3-4 mm. Calentamos abundante aceite de oliva en una sartén y ponemos a freir las patatas y la cebolla de forma conjunta a fuego medio.
El motivo de poner cebolla blanca y morada es que, particularmente a mí, me gusta esa mezcla de sabor que les dan ambas, además del colorido.
Mientras se fríe lo anterior, aprovechamos a limpiar la lubina de posibles restos de tripas que queden y de escamas. Os recomiendo que le pidáis a vuestro pescadero que os la limpie en el mercado, porque sino os llevará mucho más trabajo en casa.
Una vez estén doradas las patatas y cebollas, las sacamos y colocamos en la bandeja del horno a modo de cama. Sobre ellas, pondremos la lubina, a la cual habremos hecho unas rajas mas o menos profundas como veis en la foto primera. En dichas rajas, colocamos medias rodajas de limón, al igual que en el vientre de la lubina.
Untamos sal y aceite de oliva a toda la lubina y metemos al horno, el cual habremos precalentado a 130 º durante 15 minutos. La lubina estará lista en 1,25 horas a 130 º. A mitad del tiempo, deberemos echarle un vaso de vino blanco, regando bien toda la lubina para que no se seque.
Listo para comer
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